En 2017 se conmemorará el 525 aniversario del encuentro de dos mundos. Un hecho transcendental en la historia de la humanidad, que supuso la incorporación de un continente hasta entonces desconocido para la sociedad occidental.

América no solo fue el despegue de España como potencia política y económica a nivel mundial; también significó la incorporación de una realidad nueva que modificó la concepción que del planeta se tenía hasta 1492. La constatación de civilizaciones social y culturalmente avanzadas, de una flora y fauna jamás vistas, y el ulterior desarrollo comercial atlántico tuvieron sus orígenes en el arco marítimo formado por varias villas onubenses, que hoy integran los denominados Lugares Colombinos.

Fueron los marinos de esta tierra, expertos exploradores y comerciantes de las rutas atlántico africanas, los reclamados para protagonizar el viaje de encuentro entre dos mundos. Hombres y naves de Huelva que no se limitaron a los viajes colombinos. Sus huellas son perceptibles en todos y cada uno de los hitos de la exploración del continente, desde California hasta la Tierra del Fuego.

La toponimia recuerda permanentemente en calles, plazas y edificios de los pueblos que integran los Lugares Colombinos, el nombre de marinos, científicos, religiosos, libertadores, repúblicas y hechos relacionados con el mundo americano. Aún se perciben en el habla popular expresiones y dichos relativos a la riqueza mítica del continente, unida al halo de leyenda que todo lo ultramarino tuvo en estas tierras que siempre miraron al Atlántico. Lugares emblemáticos como La Rábida, en Palos de la Frontera; Santa Clara, en Moguer; o La Cinta, en Huelva, muestran a naturales y visitantes el peso de una historia que convierten a estas tierras en la verdadera puerta de América.

La conmemoración del 525 aniversario del encuentro entre dos mundos es una ocasión única para reivindicar nuestras raíces americanas y nuestra aspiración de ser lugar de encuentro de la Comunidad de Países Iberoamericanos. Bajo este supuesto, 2017 debe ser concebido no como mera celebración en el calendario, efeméride que nos viene impuesta por la historia, sino como punto de partida para fijar la marca América a nuestro territorio como seña identitaria en el exterior y como fórmula para mostrar un activo patrimonial, simbólico y cultural de enorme potencial para el desarrollo de nuestra provincia.

 

Commemorar esta gesta supone un reto enorme y un esfuerzo continuado en el tiempo, que atañe a todos y cada uno de los sectores de la sociedad onubense. En esta tarea común, las instituciones públicas que integran el Comité Organizador del 525 realizan una labor motriz que debe ser apuntalada por las iniciativas particulares y contar con el apoyo de la sociedad en su conjunto.

El reto y la ocasión merecen la pena.

 

Ignacio Caraballo Romero

Presidente del Comité Organizador del 525 aniversario del encuentro entre dos mundos